2016

producer

Nota personal: Mis aventuras en el mundo de los rodajes publicitarios son maravillosas y sinceramente increíbles a veces, pero debido a la confidencialidad y el secreto profesional que aplico a todos mis proyectos, nunca revelo personas, lugares o hechos y nunca he escrito sobre ellos hasta ahora.
La pagina que sigue es una timeline profesional donde voy a describir hechos y eventos de manera neutra. Sin embargo, en mis posts exclusivos para suscriptores, me tomo la pequeña libertad de contar las cosas con una narrativa más informal, como un autor y no como el profesional que las hizo, y eso me permite compartir momentos increíbles sin romper NDAs ni sacrificar la privacidad de nadie. La Belleza de esas experiencias ya es claramente intrínseca al hecho en sí y no necesita grandes nombres…
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A veces la vida te impone una Elección de Vida sobre la que no tienes una buena previsión, pero que sientes que tiene una energía especial. A todos nos pasa en la vida… a mí me pasó hace unos años. En 2016 se me presentó la oportunidad de conocer a Penélope Cruz trabajando en una producción publicitaria donde me ofrecieron un papel que nunca esperé cubrir, pero que escondía una oportunidad única. El contrato era de driver y asistente en el plató, una experiencia aparentemente incongruente frente a mi ya importante nivel profesional en el campo de la psicología y el coaching, sin embargo como Aventurero de la Vida, ante la oportunidad de Belleza Vital pocas veces digo que no.

Ya había entrado en contacto con personalidades públicas, así como con grandes personalidades menos públicas, durante mis meditaciones en grupo, masterclasses y Optima Vita, pero no a ese nivel. La oportunidad de conocer a la gran actriz, que, aunque tiendo a ser impermeable a la fama, me parece presonalmente espléndida, ejercía sobre mí una atracción Vital muy personal. De hecho, al margen de la situación en sí, una de las grandes «sliding doors» de mi vida había sido elegir entre la Neuropsicología Clínica o la Psicología del Marketing, es decir, entre la «Comunicación que cura a las personas» y la «Comunicación que mueve a la gente». Entrar en el círculo protegido de las producciones fotográficas y los vídeos publicitarios me pareció una experiencia muy interesante y valiosa, digna de una buena compresión profesional y abertura a nuevos comienzos.

Me enamoré del sel Set, hasta el punto de empezar a hacerme un hueco en mi negocio para continuar esa experiencia con proyectos freelance, aceptando empezar desde abajo, tener que aprenderlo todo desde cero, pero con la fuerza de Optima Vita.

El camino que tomé resultó ser muy fructífero en todos los aspectos…

Esta transición hacia la Comunicación de Marketing, inicialmente sorprendente, me llevó de hecho a colaborar con profesionales de alto nivel, sumergiéndome en un ambiente multicultural e inclusivo, no por ideología o cortesía, sino por significado humano aplicado al trabajo. Verdaderos Aventureros de la Vida. En ese mundo, encontré muy probablemente la primera proto-chispa de manifestación del concepto «Super-viv(i)ente» sobre el que años más tarde escribiría, basado en una meritocraria honorable, un verdadero trabajo en equipo, no el risible de los influencers de linkedin y un objetivo claro y común. Aunque provenía de otros entornos, mi polivalencia, apoyada por el trilingüismo y una equilibrada actitud colaborativa, me hizo formar parte integrante de varios equipos siempre muy profesionales y con tendencia a la horizontalidad.

También es cierto que tuve la oportunidad de participar casi exclusivamente en producciones de alto nivel, por lo que cada minuto de trabajo tenía que ser perfecto, pero valían la pena tantas horas de experiencia en producciones normales.

Empezar como ayudante de producción freelance, aunque no supuso un salto profesional, fue un importante paso lateral, enriquecido por experiencias con famosos, marcas mundiales y lugares realmente exclusivos. La disonancia cognitiva, resultante de pasar de un contexto psicológico a un entorno de producción, se vio equilibrada por el crecimiento personal y técnico obtenido a través de Optima Vita.

Cada proyecto me enriquecía, pero un día se presentó una oportunidad única. Trabajando con un cliente de alto perfil, del tipo que decidí seleccionar al final de mi página web, tuve la oportunidad de afrontar y resolver un reto especialmente difícil. Se trataba de una situación crítica que no afectaba a mi departamento, pero que arruinaría toda una semana de rodaje con un presupuesto estelar en juego. Ante la emergencia y en un ambiente de colaboración horizontal, puse a disposición mis competencias principales de organización y optimización, que, si se podían considerar «laterales» en ese contexto y a mi nivel de contrato, eran las únicas necesarias para resolver el problema y, en armonía con el resto del equipo, tomé el control de la situación. Esto me permitió, involuntariamente, demostrar mi valor estratégico, además de operativo, e, indirectamente, el de Optima Vita.

Este éxito me abrió las puertas a un salto de nivel en el estudio Q17, una auténtica institución en producciones internacionales en España donde, ante mi performance en la producción de la semana anterior, me ofrecieron el puesto de manager y co-producer donde me esforcé por aportar, como valor añadido gracias a Optima Vita, un énfasis en la importancia de las relaciones virtuosas positivas y una optimización significativa de la productividad de los distintos departamentos de forma ética y sostenible.

Todo iba perfecto y tuve el honor de poder conocer lugares, personas y situaciones escondidas al mundo mainstream. Sinceramente, en algunas ocasiones calificaría ciertas situaciones de inimaginables… y al cabo de un tiempo se me presentó el siguiente level up, durante la pandemia, que marcó un cambio de rumbo en mi aventura vital. Continué como Productor On Set dedicándome exclusivamente a producciones internacionales, especialmente aquellas que me permitían viajar a Europa, siempre con el espléndido equipo de Q17, pero mi nueva llamada a la acción exigía toda la atención posible…